Poder encontrar lo positivo de cada momento, nos ayuda a ver la vida de otra forma. Incluso en momentos en los que no le encontramos el sentido y no le vemos el lado positivo, tal vez eso que está pasando es un aprendizaje, aunque no podamos verlo claramente de esa forma.

Los pensamientos positivos abren puertas a nuevas posibilidades. Si nos enfocamos en lo que nos falta, en lo que no tenemos, en lo que salió mal (es decir, pensamientos negativos), nos cerramos a las posibilidades, y por lo tanto, tenemos menos opciones. En cambio, si nos enfocamos en lo que sí podemos, en lo que sí tenemos, en lo que se puede aprender de un “error” (pensamientos positivos) entonces nuestras posibilidades aumentan, vemos oportunidades que antes no veíamos, se nos abren puertas a nuevas soluciones, a nuevos aprendizajes.

¿Cómo podemos enfocarnos en tener más pensamientos positivos? Una forma es tratando de estar en el momento presente, tratando de no volver tanto al pasado (si yo hubiera…., que hubiera pasado si…., ojalá esto hubiera sido…) y no preocuparnos tanto por el futuro. Al enfocarnos en el momento presente, podemos estar más conscientes de nuestro alrededor y apreciar

Hay emociones que nos pueden ayudar a ver el lado positivo de las cosas: la gratitud, la alegría, la serenidad, la inspiración, la esperanza. Si intentamos sentir estas emociones a menudo, vamos a ver cómo ayudan a que los pensamientos positivos sean más abudantes en nuestra vida. Para lograrlo, podemos dedicar un momento cada día a, por ejemplo, practicar la gratitud. Nos detenemos un momento, miramos a nuestro alrededor y agradecemos. Agradecemos estar vivos, agradecemos a la persona que tenemos a nuestro lado por lo que hace por nosotros, agradecemos por las cosas buenas y por las no tan buenas pero que nos permiten crecer. Hay un libro que me gusta mucho, se llama Positivity, de